El cine, como forma de representación de la realidad y el movimiento, se convirtió muy pronto en una forma de entretenimiento que, debido a su evolución técnica y social, empezó a formar parte de ese grupo de actividades humanas que llamamos “artes”. Como actividad artística el cine empezó a ser el lugar desde donde contar historias, ya sean estas reales o ficticias. Por eso forma parte de un entramado cultural complejo y su función social ha generado, como todas las demás artes, debates y dialécticas que hoy han sido determinantes para la construcción de lo que podemos llamar el “imaginario occidental”. No pretendemos desarrollar una historia del cine a la manera tradicional, sino desde el punto de vista de su relación con las demás artes, como testigo y generador de tensiones en las culturas y sociedades regionales dentro de occidente. A veces puro entretenimiento, a veces depositaria de la literatura, la filosofía, la sociología y la historia.