Los límites medioambientales y de recursos del planeta obligan a concluir que en el Norte rico, y con él en la Unión Europea, estamos obligados a reducir los niveles de producción y de consumo. Pero desde la perspectiva de lo que ha dado en llamarse decrecimiento tenemos que hacer algo más: recuperar la vida social que hemos ido perdiendo, desarrollar formas de ocio creativo, repartir el trabajo, reducir el tamaño de muchas de las infraestructuras que hoy empleamos, restaurar el vigor de la vida local, propiciar el asentamiento de prácticas autogestionarias y, en fin, apostar por la sobriedad y la sencillez voluntarias. Esas tareas son tanto más perentorias cuanto que fenómenos como el cambio climático y el agotamiento de las materias primas energéticas, también las no energéticas, que empleamos obligan a tomar seriamente en consideración el riesgo de un colapso general del sistema en el que estamos insertos. Conviene subrayar, por lo demás, que la discusión correspondiente no remite a fenómenos llamados a revelarse dentro de unas décadas: nos hablan de realidades que por muchos conceptos ya están aquí y que reclaman cambios urgentes y radicales.
Carlos Taibo, hoy jubilado, ha sido durante treinta años profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid, cuyo programa de estudios rusos dirigió en su momento. Entre sus libros se cuentan En defensa del decrecimiento (2009), Colapso. Capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo (2016), Iberia vaciada (2021) y Decrecimiento. Una propuesta razonada (2021).
La actividad, que se incluye dentro de los Cursos de Verano de las Universidades Navarras 2024, podrá seguirse tanto PRESENCIALMENTE como a través de INTERNET (en directo y en diferido).
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Esta actividad impacta en los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible: