¿Por qué ocuparnos de nuestra memoria?
La memoria es el soporte de nuestras acciones, de nuestras experiencias, de nuestros conocimientos, de nuestros aprendizajes,etc. Al mismo tiempo, la pérdida de memoria es una queja muy frecuente en la población adulta. Los problemas de memoria generan en las personas una de las situaciones más conflictivas puesto que impiden la superación de los problemas de la vida cotidiana.
Gran parte de las personas que se encuentran en la edad adulta viven un envejecimiento normal, pero no todas conocen los instrumentos para poder vivir satisfacciendo las necesidades sociales, intelectuales y afectivas, es decir, con una óptima calidad de vida.
Actualmente no hay duda de que el entrenamiento de habilidades de memoria, proporciona una mejoría importante en las capacidades mnésicas y que la toma de conciencia sobre las mismas posibilita que las personas inicien acciones tendientes a la potenciación y ejercitación de dichas capacidades. Comprender el funcionamiento del proceso de memoria dota a las personas de herramientas en la búsqueda de compensaciones así como de fundamentos para comprender por qué se producen algunos olvidos.
La tendencia a considerar a la memoria como un proceso activo, que involucra a la totalidad de la persona a lo largo de su vida, que implica su personalidad, sus sentimientos, sus emociones, etc, nos permite considerarla como posible de mejorar a lo largo de toda la vida
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