El ciclo de cine clásico, con el título de Contraluces, nos llevará por los senderos sorprendentes del cinematógrafo con la proyección de filmes muy recordados.
Las imágenes, vistas a contraluz, se convierten en siluetas por el efecto lumínico correspondiente. Será la visión del director y la aportación de su luz lo que nos hará ver las historias narradas y sus personajes, como algo que sucedió o que pudo suceder. El contraluz está en ellas, pero la magia del cinematógrafo nos permitirá contemplarlas y sentirlas.
En esta ocasión, cerramos en ciclo con una película de Roberto Benigni, LA VIDA ES BELLA, interpretada por él mismo, que nos conduce por el angustioso entorno de los campos de concentración nazis, aunque deja un resquicio luminoso para la esperanza.
José Verón Gormaz
UNED Calatayud
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