Las personas que tienen una enfermedad crónica o bien de larga duración, además de asumir los efectos físicos que ésta implica, sufren también consecuencias psicológicas debidas en gran medida a las repercusiones que la enfermedad tiene en todos los ámbitos de su vida: familiar, social y laboral, e incluso en la relación con uno mismo. Todo ello genera cambios en el auto concepto y en la autoestima, por lo que surge la necesidad de activar nuevos recursos que permitan adaptarse a la situación.
Esta realidad también afecta a los familiares que asumen el cuidado de estas personas enfermas, que en numerosas ocasiones se vuelven dependientes. Cuando los familiares se convierten en cuidadores, se ven obligados a reorganizar su vida para comprender, compaginar y abordar los cambios que esta situación genera en ellos, por lo que sufren también consecuencias psicológicas que pueden llegar a ser graves.
En este curso se abordarán las dificultades psicológicas de enfermos y cuidadores, y se describirá un modelo de apoyo psicológico para todos ellos.