Dicen que Nápoles es la única ciudad oriental que no tiene barrio europeo. Lo cierto es que su exótico encanto de vida abigarrada cautiva y desconcierta por igual al viajero que va de asombro en asombro. La música forma parte esencial de esa cromática maravilla, y sale con frecuencia a la calle en el escenario de la ciudad, convirtiéndola en un teatro de ópera al aire libre.
Fue precisamente en Nápoles donde se popularizó la ópera bufa que cantaba las alegrías sencillas y tristezas reales de los personajes cotidianos. Estudiaremos los hallazgos y progresos artísticos que favorecieron el desarrollo de la forma dramática más libre y exenta de rutinas estróficas y convenciones escénicas en la obra de Pergolesi, Leo, Vinci y otros maestros de la melodía. Pensado para llenar los tiempos muertos que dejaban los entreactos de la ópera seria, el intermezzo buffo acabó haciendo olvidar a su hermana mayor, la ópera seria, en beneficio de un discurso menos encorsetado y un desarrollo musical más versátil.
Escucharemos también los melodramas que se estrenaron en los teatros napolitanos (especialmente en el San Carlos, buque insignia de la estética local) y en otros que celebraron por toda Europa la gloriosa inspiración melódica de los compositores partenopeos. Con Nápoles como escenario privilegiado, seguiremos el recorrido de la música teatral, en sus vertientes seria, cómica y mixta, desde la canonización de formas expresivas y estilos musicales que crearon los arquetipos barrocos y clásicos hasta los albores del romanticismo, con su desbordamiento sentimental. Analizaremos la dicción refinada de los afectos, el formalismo vocal (con la supremacía de los castrados) y la sociología dramática de las tablas que celebraron el mismo estilo melódico y virtuosístico, como espejo idealizado o deformante de una sociedad cuyo máximo entretenimiento sigue siendo la expresión más genuina y reconocida del canto teatral: la ópera.
Observaremos el paso de la estética barroca de compositores como Scarlatti, Porpora, Hasse y sus contemporáneos a la breve pero alta gloria del clasicismo de Cimarosa y Paisiello.