Sabemos, por más que sea un tópico, que una imagen no vale más que mil palabras, pero que tampoco podemos considerar que “la última palabra es la palabra”. La relación entre las palabras y las cosas es dialéctica, aporética o, mejor, poética y, más allá de la ideología (nefasta) de la inmediatez, se precisa siempre del diálogo. Durmiendo bajo el volcán es un proyecto dialógico que acompaña y forma parte de la Bienal de Lanzarote en el que se quiere activar el pensamiento, incitar a la reflexión, compartiendo perspectivas interpretativas. La cuestión del “pensamiento planetario” cuando se aterriza, en el sentido de Bruno Latour, ese concepto en la Isla, requiere de múltiples puntos de vista, vale decir, de la generación de un “laboratorio filosófico”.
Cada uno de los temas será abordado por diferentes teóricos que vendrán a ofrecer un mapa (inevitablemente fragmentario) del presente, tratando de ofrecer, más que respuestas, preguntas radicales. Se realizarán sesiones en emplazamientos naturales de la Isla de Lanzarote, remedando la pasión meditativa peripatética. En cierto sentido, la totalidad de estas sesiones tendrá el carácter de un work in progress, registrándose/documentándose para expandir las discusiones. Durante el siglo XVIII el volcán se puso de moda en cuanto tema filosófico.
En el capítulo sobre “La fascinación de los volcanes” en el libro “Terra incógnita”. Una historia de la ignorancia (siglos XVIII-XIX), Alain Corbin recuerda que estaban relacionados con el Grand Tour, pero también con las exploraciones científicas. Alexander von Humboldt apuntaba que el volcán es reacción del interior del planeta contra la corteza exterior, el testimonio de una comunicación de éste con el núcleo situado a gran profundidad. Acaso tengamos que volver a entregarnos a una “meditación vulcanológica” para conseguir profundizar en lo que nos pasa, intentando escapar de la catástrofe de lo siempre igual. Si Nietzsche se sorprendía ante la tendencia de los hombres a edificar ciudades a los pies de los volcanes, también observó que todos “somos volcanes en crecimiento que se acercan a la hora de la erupción”. El heterogéneo conjunto de conversaciones que se plantearán con motivo de la Bienal de Lanzarote, aspiran a conseguir reflexiones eruptivas que sean capaces de generar espacios utópicos o, por lo menos, hospitalarios para pensar juntos.
Esta actividad impacta en los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible: