En la ópera, la relación entre el texto dramático y la música no siempre ha sidola misma. Durante muchos años el texto era, con pocas excepciones, la excusa para que las arias, los dúos y los conciertos se fueran sucediendo en el escenario. La atención de los espectadores se centraba básicamente en los cantantes y en sus habilidades. A partir del siglo XX algunos músicos mostraron un gran interés por escoger textos de mucha calidad literaria – Goethe, Puskin, Sófocles,
Moliere, Beaumarchais o Shakespeare- para que inspiraran su música y garantizaran una obra realmente grande. En el caso de Verdi, por ejemplo, la opción por Shakespeare respondía a una auténtica devoción del músico por la obra del dramaturgo. No fue el único. En este curso seguiremos los principales ejemplos que muestran la constante presencia de Shakespeare en el arte de la ópera.
Matrícula Ordinaria | |
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Precio | 60 € |