El turismo industrial es un concepto de ocio que responde siempre a la curiosidad de los visitantes por conocer el transfondo de la cultura del trabajo. Desde cómo preparar un queso hasta cómo ensamblar un avión, o desde vibrar con la emoción de descender a las profundidades de una mina hasta saborear una buena conserva en una auténtica conservera. Las posibilidades son infinitas.
Este turismo se incluye dentro del amplio abanico del turismo cultural y es una forma de explotar para el ocio los recursos relacionados con la producción. Se convierte así en una fórmula para incrementar las posibilidades económicas de los municipios, como complemento a la oferta ya existente para los visitantes o incluso como principal atractivo de un destino.
De este modo, al margen del marketing que supone para muchas empresas convertirse en escaparate para los turistas, puede servir para reactivar la economía de determinadas poblaciones que tienen así la posibilidad de sacar un doble partido a sus industrias vivas en activo o devolver otra vida a las que están en desuso y que, en muchos casos, son instalaciones que han sido declaradas BIC (Bien de Interés Cultural) dado su valor arquitectónico o como testimonio «vivo» del pasado.
Aula Universitaria de la UNED en Vigo
Esta actividad impacta en los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible: